Científicos han desarrollado una piel artificial para robots capaz de detectar cambios de temperatura y repararse a sí misma tras sufrir cortes, imitando la capacidad de la piel humana.
Características clave:
✅ Sensibilidad térmica: Detecta calor como la piel humana, útil para interacciones seguras con personas.
✅ Autoreparación: Se recompone químicamente en minutos después de un corte, sin necesidad de intervención externa.
✅ Material flexible: Combina hidrogeles y nanopartículas metálicas para durabilidad y conductividad.
Aplicaciones potenciales:
- Robots asistenciales (cuidado de ancianos o niños).
- Prótesis inteligentes con retroalimentación sensorial.
- Interacción humano-robot más segura y natural.
Impacto: Este avance acerca a los robots a un parecido físico y funcional con humanos, superando un límite clave en la robótica.